1/7/19

Don Santiago, el Maestro Soldador y César

Es un hombre que trabajó 47 años con César, que lo ha conocido en su transformación en el tiempo: "Yo trabajé en todos los Centros de Arte, Cultura y Turismo, desde cuando Don César era joven hasta cuando fue mayor... y él cambió mucho, como de la noche al día".

No hay forma para nosotras de compartir todas las experiencias que hemos escuchado de la buenísima memoria de Don Santiago, y me alegra saber que también él recibirá un cuaderno de "re.conociendo a César" y podrá añadir mucho más.

Nos transmite el respeto que le tiene, y el gusto con el que trabajó con él.
"El día que tuvo el accidente salía de hablar conmigo... venía a ver un modulo de Juguete de Viento que iba para Estados Unidos... Después el Presidente de la Fundación, José Juan Ramirez, me dijo que César murió muy contento porque le había gustado mucho el trabajo que teníamos preparado ya".







Emocionante por su intensidad, y por la sensación de compromiso profundo que tenían en su labor, el relato de Santiago nos lleva a varias etapas del desarrollo de la isla. Lo que nunca se apaga es la pasión por lo que han hecho, y la generosidad con que lo comparte.

"Don César tenía un carácter fuerte, corría para allí y para allá. Cuando estuvimos soldando en el Jardin de Cactus (fotos) trabajamos en un andamio de casi dos metros de altura y teníamos un chiquito abajo a cortar las varillas y él le decía - córtala un poquito más larga- pero no era fácil de entender... estaba haciendo la escultura directamente montándola. Algunas veces se cansaba y saltaba del andamio abajo y iba a cortarla él, y que ya tenía 60 y picos años. Tenía una fuerza y era inquieto."


 "De los bocetos de Don César no hay uno que tenía medida, cuando le pedía - alto cuanto? - él me lo indicaba con la mano desde el suelo y decía - así - yo lo medía y lo realizaba."

Me sale una sonrisa escribiendo aquí, porque al solo recordar la mañana que pasamos en Tahiche con Don Santiago, llega una alegría profunda, y mucha gratitud.

Don Santiago es tímido, pero eso no le quita ni una pizca de capacidad de transmitir la riqueza de su experiencia. Nos cuenta que cuando proyectaron en Lanzarote la película "Las manos" de la que es uno de los protagonistas, le dio mucha vergüenza ser mirado en la pantalla, cosa que absolutamente no le pasó en la gira de la peli en otros países.

Aquí vemos el joven Santiago enseñando a César una de las aspas que iban para el móvil de Montaña Blanca, cuando se empezó el trabajo.

¡Que lujo hablar con los protagonistas de una época de cambio tan grande de la isla de Lanzarote!

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