25/5/19

tiempo y papel... y los novios del Mojon



La leyenda de los muñecos llamados los novios del Mojon dice que iban destinados a quien deseaba una relación, cuya consolidación se realizaba por medio de un intercambio: el hombre le regalaba a la mujer la figura masculina con sus atributos, y la mujer podía responder regalando a él la figura femenina, con sus diferentes atributos, los dos simbolizando fertilidad.

La nieta de Doña Dorotea, Rosario, nos cuenta: "Me crié con mi abuela y la veía amasar.. y nosotros lo hacíamos como juego. 
Me acuerdo cuando empezó a hacer los muñecos no es que dijo -voy a hacer un muñeco a ver como me sale- ella lo hizo y ya está. Ella sabía como hacerlo, sabía lo que estaba haciendo... cuando tu te pone a hacer una pieza nueva, no te sale bien inmediatamente. Porque los novios ya lo hacían mi bisabuela y mi tatarabuela, que es la que nació en el Mojon, donde está la raíz de la leyenda." 
La alfarería era un oficio que hacían exclusivamente las mujeres, y se transmitía por linea materna, al que se incorpora más tarde el hombre.

El esposo de Rosario, Marcial, nos cuenta: "En el '92 el gobierno de Canarias mandó a hacer una película a Dorotea, que se puede ver, de todo el proceso. Con el equipo que vino de Las Palmas fuimos a casa de César Manrique, a la de Haría. Fue dos meses antes de su muerte, al final de julio."

Cuando vi esta película me di más cuenta del trabajo que necesita esta labor de recoger y preparar el barro para el trabajo sucesivo de darle forma. 

Si no eres un ceramista de aquí, hoy en día, casi te parece imposible... elegir de transformar la tierra de esta forma significa darle un valor simbólico al proceso mismo, que era lo que ya César a su tiempo veía e honraba de su gente.

Rosario se acuerda de cuando conoció a César: "Yo a César lo conocí esa vez en su casa, me encantó. Una persona maravillosa, muy amable, muy humilde en el sentido que allí lo sentí igual que nosotros. Aunque fuera un artista, y todo lo que se oía de la televisión de él, yo lo encontré una persona muy cercana. Nos enseñó toda la casa, que era una maravilla. La noticia de su muerte me impactó porque claro era poquito que lo habíamos conocido y fuimos al entierro. Había un montón de gente y se sentía que era muy apreciado y muy querido. Quizá en la tele cuando hablaban de él no se sentía lo mismo, pero en el entierro sentí el aprecio a él y como la gente lo quería."

Rosario, descendiente de Doña Dorotea, la que muy humildemente se ganó el conocimiento de toda la isla y de los turistas como alfarera, saben que ahora algo ha cambiado: "Creo que de cerámica hemos vivido pero también porque hemos tenido trabajos donde hemos tenido el sueldo todos los meses. Él en el monumento del Campesino, y yo con las actividades extra escolares. 
Yo estaba encantada porque estaba haciendo lo que a mí me gustaba, pero tenía un sueldo todos los meses, que no es lo mismo que estar esperando a ver si lo vendes, a enseñar y estar cobrando. 
Eso es estupendo, aunque el primer año fui asustada, yo lo que hacía nunca lo habría hecho con niños, ni con nadie, yo no habría enseñado a nadie. Me costó pero después iba encantada."

Gracias por esta conversación!



18/5/19

otro mundo es posible - tiempo y papel

Quizás lo mejor de este proyecto es que nos divertimos...
Seguramente la atmósfera de un taller lo facilita, sobretodo cuando es un lugar lleno de pasión por una labor, como el taller de Julián Rodríguez, artesano investigador del pasado, presente y futuro de la artesanía en fibras naturales de Canarias.

La verdad es que nos sorprendió cómo su visión ecologista
en un sentido profundo, es capaz de imaginar que la artesanía pudiera tener un rol social importante en el proceso de disminuir el uso del plástico. 

Julián cree que otro mundo es posible: "Toda la cultura, no solo la artesanal, no solo la de las fibras vegetales o la de la cerámica, es un valor internacional para mí. Y este valor cultural es la aportación del hombre a la sociedad. Entonces yo he tenido siempre bastante interés en que todos esos valores pervivan, y esa es mi lucha."

Sus recuerdos sobre César Manrique se refieren a los años 80, cuando había manifestaciones públicas y se hablaba de turismo atendiendo ya a las contradicciones que se iban dando por todas partes.

Casi toda la conversación con Julian gira alrededor de la palabra valor. Éste es el motor que le lleva desde hace muchísimos años a investigar las técnicas de creación de la gran variedad de piezas de fibra vegetal.
Descubre, gracias al boca a boca, las piezas que quedan en casa de la gente, y a solas, o con la colaboración de otr@s artesan@s como Eulogio (el último cestero de pírgano de la isla de Lanzarote) estudia estas piezas y crea fichas sobre ellas. 
Trabajó también con Esther Romero, y de estas personas con quien colaboró dice "Tienen la cabeza para hacerlo, las manos solas no actúan, si no hay un proyecto en la cabeza, las manos solas no son suficientes".


Lo que ofrece Julián como imagen del tiempo de César, sobretodo de la época de la creación de los centros turísticos es un movimiento conjunto de fuerzas, animadas por la capacidad del artista de poner en valor aspectos que ya estaban presentes.

"...todos eran como una piña en ese sentir, y no había que convencer a nadie sino que había una dinámica en la que todo el mundo tenía claro hacia dónde se iba, y aportaba desde el sitio en el que estaba..."
La conversación ha sido intensa y muy interesante, otro paso dado para intentar percibir la época y sus protagonistas. 
!!!Gracias Julian por compartir con nosotras!!!