28/2/20

Don Fefo re.conociendo a César - la memoria

"Cesar se nutrió del campo. Se hacía informar por los campesinos, los agricultores, los pastores, los pedreros" 

Esta foto nos enseña familiares de Don Fefo y Marga, dos de los protagonistas de "re.conociendo a César", que con sus memorias nos ayudan a encontrar sensaciones de un pasado recién, que parece tan lejos de la globalización que estamos viviendo hoy en día.



No fue tarea fácil seleccionar 1000 palabras de las preciosas memorias de Don Fefo, que nos llevó en algunas horas a paisajes y sensaciones lejanas. Muchas de las historias contadas tienen resonancia en las células de cada cual de nosotros tenga antepasados campesinos.

"Era un mundo rural y animal por eso había muchas moscas, cosa que no era extraña para nosotros, los chinijos. Los transportes no habían llegado todavía al campo y tampoco existía el vidrio ni el plástico".
Casi parece imposible escuchar estas palabras sin pensar a algo similar pasando en varias generaciones atrás, en toda Europa.











Sin embargo al mismo tiempo compartió cuentos modernos que las Islas Canarias, como puerto y como puente a las Américas, han tenido desde mucho tiempo.


"César y su amigo Pepe Dámaso tenían todo un mundo exterior y de relaciones de todo tipo, por su trabajo.
Venía gente de todos los países de Europa, de América y hasta japoneses. Era como un mesías. 
Tenía un grupo multidisciplinar, desde el simple labrador o la campesina hasta los maestros pedreros, ideólogos, artistas... Gente muy preparada de fuera y de aquí."













"Viajó mucho y allí donde viajó
llevó su cuaderno.
También se recorrió todos los países africanos.
De allí trajo cosas de la arquitectura antigua
 y la zeta, el símbolo del hombre libre. 
La zeta está esculpida en la montaña Tenésera.
 Es el último símbolo de nuestro alfabeto porque nosotros, aparte de tener una lengua que se llama tamasick,
 tenemos un alfabeto".


Es diferente ahora recorrer los pasillos que conectan los jameos en la Fundación César Manrique, porque puedo imaginarme un joven Fefo trabajando allí:
"Cuando me fui a trabajar con Don César la primera vez, yo era un muchacho con diecinueve años. Después de un lapsus volví, cuando empezó su casa. Había estado dos años en Bélgica y entonces el mundo ya no me parecía tan grande porque para mi, Lanzarote, antes de irme, era enorme.

Don César formó un grupo afin a él, con Luis Ibáñez y Manolo Concepción, un muchacho de Tenerife que se dedicaba al turismo. También con el señor Domingo, que tenía más experiencia que yo, y un pistoletazo, como si fuera un cortafrío enorme. Ponía un poquito de dinamita y otras herramientas que facilitaban la obra.
Empezamos trabajando todo manual, con marrón; a comunicar los hoyos y a ampliar los jameos pero protegiendo la higuera, que es una planta centenaria".

"Yo siempre llevaba conmigo, en el coche, el timple y él continuamente me decía: -Campesino (así me llamaba porque me había conocido en el campo) cántame una folía.- Las cuales escuchaba con meditación y silencio. Sus ojos se rayaban de emoción. -Gracias, gracias - decía."














"Ahora soy ceramista. Mi compañera Rosario y yo vamos a buscar el barro, lo procesamos y lo amasamos con las patas"