2/8/20

tiempo y papel . otro centenario . la gripe "española"

En Lanzarote acabamos de celebrar el centenario del nacimiento de César Manrique cuando a nuestros ojos se imponen otras imágenes que nos hablan de las mismas fechas: otra vez nos paramos a imaginar lo que estaba pasando en aquel tiempo, pero ahora nos confundimos con nuestras mismas experiencias.






































Contar nuestras historias personales, lo que estamos sintiendo, mirando cada uno el propio entorno durante el Covid19 y al mismo tiempo obtener informaciones inmediatas sobre lo que pasa en todo el mundo... es cosa del día de hoy.
En el pasado la pandemia llamada en muchos lugares "gripe española" viajaba mucho más rápido que las informaciones sobre la misma enfermedad.

Varias parecen ser las razones de un silencio y de una consecuente casi total eliminación de esta memoria colectiva, de la que nos encontramos a vivir el eco.
No había acabado todavía la primera guerra mundial, cuando se empezaban a leer en la prensa las noticias de una gripe que mataba los jóvenes. 


Estudiosos explican que probablemente en ese tiempo fue demasiado el dolor y la pérdida... ahora sabemos que nuestro mismo sistema nervioso nos da un limite: disociación y olvido son sus estrategias automáticas que permiten a la vida misma sobrevivir. La pregunta es ¿hay alternativas?

España, al no ser involucrada directamente en la guerra, reconoció de forma más trasparente lo que estaba pasando, sin saber que esto le habría dejado una herencia injusta, porque nunca se identificó claramente la origen de esa gripe.





























Lo que sin duda podemos ver es la similitud, con el Covid-19, en la difusión geográfica del virus, que causó en tres años (1918, 1919 y 1920) entre 50 y 100 millones de muertos. 
500 millones es el espantoso numero de las personas que enfermaron a nivel global.
No era fácil contabilizarlos, y por esta razón nunca sabremos los números reales.






















Tengo mucha curiosidad en leer y mirar estas fotos del pasado. Ahora sé que el primer  gran libro de investigación sobre la pandemia se publica en 1974: se trata de The Plague of the Spanish Lady (La plaga de la señora española), de Richard Collier, hoy casi imposible de encontrar.

Empatizar con estas personas en las fotos no me parece difícil, también si en Canarias y especialmente en Lanzarote, "los números" han sido bastante bajos.


























Lo que nos pareció rarísimo durante el confinamiento, había en realidad varias medidas parecidas a la forma de enfrentarse a la pandemia de hace 100 años. Nunca había llegado a mi conciencia, a pesar de trabajar con constelaciones familiares y sistemicas y resolución de traumas desde más de 9 años.
Nacer adentro de un trauma colectivo significa también esto: no tener conciencia... cuantas películas hemos visto sobre las guerras mundiales y la guerra civil española, y cuantas sobre la pandemia que empezó en 1918?





























Probablemente el tema económico fue uno de los pilares
 en la motivación a seguir trabajando como estamos haciendo cuando y en la forma posible. 
Sin dudas para elaborar un trauma colectivo es fundamental celebrar los muertos y agradecer todas las personas che tienen un rol esencial en la gestión de la crisis. 
Al mismo tiempo el respeto y el cuidado de tod@s nosotr@s es necesario si queremos realmente sanar un trauma que tiene niveles personales, intergeneracionales y colectivos.






















Somos tod@s supervivientes
 del trauma colectivo de hace 100 años. 
Recordando que el trauma no es el evento en si mismo, sino la respuesta del sistema nervioso de cada individuo, podemos preguntarnos como en nuestros padres, abuel@s y bisabuel@s ha quedado grabada esa memoria. ¿Que hemos heredado de ell@s?
Y sobretodo hacernos la pregunta ¿para nosotr@s, al día de hoy, hay alternativas?






























Quizás uno de los primeros pasos podría ser honrar estas memorias, para empezar a construir ahora un nuevo futuro.
Reconocer y digerir el pasado puede acompañarnos a cultivar también la resiliencia que hemos heredado.

Entonces GRACIAS

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