Cuando leí por primera vez el texto del diario del abuelo de Giulia, me asombré de la capacidad de este hombre de poner palabras a todas las sensaciones y emociones vividas en la tragedia de la explosión del barco en el que viajaba.
Como médico, en la segunda guerra mundial, seguramente estaba acostumbrado a vivir cotidianamente el horror de lo que un enfrentamiento tan violento puede producir en los seres humanos y en la naturaleza.
Su capacidad de percibir y contar con tanta precisión sus premoniciones y las de sus compañeros, el momento en el que percibes cuánto estuviste cerca de la muerte, y la agotadora espera del rescate, hace de esta lectura un viaje dentro de la historia misma.
De más de seiscientos personas, solamente tres sobrevivieron, y el mismo Mario Gargiulo, salvó una de éstas.
La mayoría de los que sobrevivieron a la matanza de las guerras, probablemente intentaron olvidar y proteger sus familias de las memorias, y cada uno a su manera buscó un equilibrio para continuar a vivir.
En estos años estamos entendiendo mucho más cuánto estos traumas, no sanados, nos afectan a nivel individual, intergeneracional y colectivo.
Que la experiencia vivida fuera en un bando u otro, creo que solamente la compasión generada de la intensidad del horror infligido a la humanidad a través de la guerra, puede abrirnos los ojos y el corazón para que podamos buscar otras salidas en los conflictos y enfocar nuestra energía en sanar.
Cuando Giulia me pidió confeccionar un cuaderno como regalo por su padre Attilio, en el que adjuntar fotos al texto del diario, fue un honor hacerlo.
Sugerir de añadir paginas en blanco surgió espontáneo, porque me había contado las premoniciones de su abuela en esos días, y lo que vivía su familia en los momentos en que el abuelo los pensaba tan intensamente.
Así nació "tiempo y papel": como un cuaderno vivo que puede caminar, y donde se pueden juntar memorias y emociones en un dialogo donde el tiempo se vuelve circular y nuevos puntos de vistas pueden poner luz, cuando compartir es un deseo profundo.
El carácter co.creativo del proyecto se manifestó inmediatamente, gracias a Valeria, la hermana de Giulia, que creó collage para ilustrar las paginas que relatan las largas horas del naufragio y todas las emociones compartidas.
Quando ho letto per la prima volta il testo del diario del nonno di Giulia, mi sono stupita della capacitá di quest'uomo di dare parole a tutte le sensazioni e emozioni vissute nella tragedia dell'esplosione della nave in cui viaggiava.
Come medico nella seconda guerra mondiale, sicuramente era abituato a vivere quotidianamente l'orrore di quello che uno scontro cosí violento puó produrre negli esseri umani e nella natura.
In questi anni stiamo comprendendo molto di piú di come questi traumi, non guariti, ci influenzano a livello individuale, intergenerazionale e collettivo.
In qualsiasi fronte si sia vissuta l'esperienza credo che solamente la compassione generata dall'intensitá dell'orrore inflitto all'umanitá attraverso la guerra, puó aprirci gli occhi e il cuore affinché possiamo cercare altre vie d'uscita nei conflitti e indirizzare la nostra energia verso la guarigione.
Quando Giulia mi ha chiesto di confezionare un quaderno come regalo per suo padre Attilio, dove aggiungere foto al testo del diario, é stato un onore accettare.
Suggerire di aggiungere delle pagine in bianco é arrivato spontaneamente, perché mi aveva raccontato le premonizioni di sua nonna e quello che la sua famiglia stava vivendo nei momenti in cui il nonno li pensava cosí intensamente.
Cosí é nato "tiempo y papel": come un quaderno vivo che puó camminare, e dove si possono aggiungere memorie ed emozioni in un dialogo dove il tempo diventa circolare e nuovi punti di vista possono far luce, quando condividere é un desiderio profondo.
L'aspetto co.creativo del progetto si é manifestato immediatamente, grazie a Valeria, la sorella di Giulia, che he creato dei collage per illustrare le pagine che raccontano le lunghe ore del naufragio e tutte le emozioni condivise.
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